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EL LEGADO DE GEORGE A. ROMERO

Pese al gran éxito de su primera película, yo soy fan de Dawn of the dead, que en España se tituló Zombie, el amanecer de los muertos vivientes y es de 1978.   Lo soy por esa puñetera manía que he tenido, de soñar de manera recurrente que me quedaba atrapada y rodeada de mordedores en el Corte Inglés de Diagonal, en Barcelona.

Seguramente este sueño recurrente es parte del legado que me dejó, George A. Romero… A mi y a media generación de los 70.

Los Zombierromeros

Las características de los zombies de Romero sentaron cátedra y hasta hace bien poco, un zombie para todo el mundo era un zombierromero. Estas son algunas de las premisas principales extraídas de la obra maestra y película de culto  Dawn of the dead:

  • Los zombies matan para devorar a sus víctimas porque esto es lo que les permite seguir existiendo.
  • Para evitar que un muerto “resucite”, se le tiene que separar la cabeza del cuerpo.
  • Para matar a un muerto viviente se le tiene que disparar en la cabeza.
  • Se recomienda a los vivos que permanezcan juntos en grupos.
  • A diferencia de los nuevos zombies, los romerozombies caminan bastante rígidos y no avanzan con una sola pierna arrastrando la otra echando el tronco hacia adelante, sino rectos y con los brazos extendidos para poder atrapar al vivo. Bastante tiempo después es cuando los muertos andantes del cine comenzaron a andar como en el Thriler de Michael Jackson.
  • Son macilentos, pero me imagino que por la limitación de sus efectos especiales, no tienen mucho de podrido en la cara ni en el cuerpo.
  • Son mas lentos que el caballo del malo. Desde que abres la puerta del sótano hasta que los tienes encima te da tiempo de recitar la Canción del Pirata de Espronceda y fumarte un par de pitis.
  • Los Romerozombies, que han sido encerrados en el sótano y son alimentados con vivos, comen tranquilamente en grupo y cada uno tiene su trocito de carne fresca en su poder, permanecen sentados cada uno en su sitio. No invaden sus distancias psicológicas. Se dejan volar la cabeza con una tranquilidad pasmosa. No huyen y pasan de que les apuntes con un rifle, ellos a lo suyo.
  • Los vivos saquean por necesidad, pero disfrutan muchísimo haciéndolo.
  • Un mordisco de zombierromero te convierte en zombie… pero en tres días (aunque si te acribillan a mordiscos, pero no te devoran, puedes ser que te conviertas en un par de horas).
  • La idea del virus y el desarrollo de una posible vacuna es una teoría que ya aparece en Dawn of the death.
  • Para evitar el contagio después de un mordisco, la solución es amputar el miembro que ha sido mordido lo más rápido posible, aunque siempre se prueba primero la solución del torniquete. ¡La de muertos vivientes con torniquete que debía haber recorriendo las calles de Illinois!!
  • La chica frágil y delicada que no sabe ni abrir una lata de conservas, en diez segundos se convierte en la Rippley de Zombieland, una experta tiradora, trepadora y rompecráneos.
  • Es una suerte que en cualquier centro comercial de EEUU puedas encontrar armas de fuego de todo tipo y calibres, pues la provisión de armas y munición es imprescindible.
  • Los Romerozombies saben subir escaleras y encaramarse a los sitios, por este motivo a veces acaban en las azoteas.
  • “Cuando en el infierno no queda sitio, los muertos vuelven a la tierra”

LOS CIEN METROS LISOS

¿Cuanto tiempo sobrevivirías en un apocalipsis zombi en el que los muertos corren más que un ladrón con diarrea?

Es maravilloso que, en mis sueños, los zombies sigan siendo lentos, me da muchas oportunidades de escapar y muy pocas veces me han acorralado y mordido antes de despertarme. Eso es todo un mérito ya que llevo soñando con zombies desde los cinco o seis años a una media de 3 persecuciones por semana y ya hace tiempo que pasé de los cuarenta.

Parece que el cine de muertos que caminan rápido no me ha afectado para nada en mis mundos oníricos de Zombieland.

Hoy mismo, después de mucho tiempo que me lo llevan recomendando, estoy viendo el remake de Dawn of the death, la de 2004, que se ve que tiene un pedazo de director y los críticos en las comparativas  no se ponen de acuerdo (dicen que las dos cintas son fantásticas, pero yo ya le veo el primer fallo). No me gustan los zombies rápidos. Me quitan la esperanza de sobrevivir.

Por otro lado, no me parece ni medio normal que un tío que se está pudriendo vaya corriendo que se las pela, lo normal sería que su motricidad quedara afectada cuanto mas podrido está y cada vez se desplazaran con mas dificultad y no que sean todos medalla de oro en  los cien metros lisos.

¡¡No veas además con qué brío golpean!! Las lunas de los coches quedan hechas añicos de un solo puñetazo… voy a ver cómo sigue, porque los cristales del centro comercial que en la cinta de Romero aislaron a los protagonistas, aquí van a durar menos que un gargajo en una plancha

Mi primera arma molona

Desde hace mas de una década, recibimos diariamente miles de mensajes relacionados con la idea de vivir de tus sueños. ¡Persigue tus sueños! ¡No renuncies a tus sueños! ¡Haz tus sueños realidad!…Libros, post, cursos de autoayuda, innumerables recursos martilleandote el cerebro… Y yo comiéndome la cabeza.

—¡Joer! Yo es que no tengo sueños. No sé qué materializar porque nunca he tenido un proyecto, una pasión.

Y venga a apretar los puños cuando me iba a dormir, a ver si surgía el puto sueño inspirador que cambiaría mi vida. Y nada, nunca nada.
¿Que es lo que hay en mis sueños?

Zombis y Apocalipsis…. ¡muchas!

Desde que tengo uso de razón recuerdo esos sueños: Muertos vivientes que me persiguen. Lentos, feos, verdosos…. A medida que yo iba creciendo, comencé a tener una vida paralela en mis pesadillas. Aprendí a trepar, a esconderme a buscar a otros vivos y formar guerrillas para combatir a las hordas zombies. Noche tras noche mi nivel combativo en Zombilandia subía uno o dos grados. Me convertí en la Sara Conor de los apocalipsis zombies. Aprendí a cortarles la cabeza, a agujerearles el cerebro con un objeto punzante pinchando el globo ocular izquierdo, a subirme a los tejados, a saquear centros comerciales (bueno, en realidad siempre era el mismo centro comercial, El Corte Inglés de Diagonal) pero sobre todo aprendí a dejar de correr y plantarles cara. El grado máximo lo conseguí una noche cuando ya tenía los dieciocho o diecinueve años (¡¡Quien los pillara y, lo matao, matao!!) De repente, después de correr y correr, no se cómo lo hice pero ¡oye!: yo estaba en una azotea, los muertos no podían subir y me estaban esperando abajo. Entonces… allí estaba listo para mi: ¡el lanzallamas!

La mejor arma contra el apocalipsis zombie

El lanzallamas que ya no me abandonaría jamás. Yo le llamo “El lanzallamas de mis sueños”. A partir de ahí todo fue mucho mas fácil. ¡Achicharraitos los dejaba!

Esta fue mi primera arma molona en mi zombieworld, pero no la única, otro día os hablaré de la ametralladora Browning M1919, mi “ametralladora soñada”

Y al final, si no puedes vivir de tus sueños, pues nada, vive de tus pesadillas.­

 

Lola, experta en zombiología por la Universidad de Wisconsin

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